Durante la guerra con Chile (1879 – 1883), varios lugares del Perú que no fueron ocupados por el ejercito invasor, emitieron sus propias estampillas y/o usaron las emitidas por la Administración Postal de Arequipa. Estas estampillas son conocidas como “departamentales”, emitidas y usadas durante el periodo de ocupación.
Firmado el Tratado de Ancón (23 de octubre de 1883), y finalizada la guerra, la administración del correo regresó al gobierno peruano reconocido por Chile que en ese momento era el dirigido por el general Miguel Iglesias.
Ante esto, el gobierno que en ese momento encabezaba el contraalmirante Lizardo Montero como primer vicepresidente y Andrés Avelino Cáceres como segundo vicepresidente (el presidente García Calderón estaba cautivo en Chile), deciden, inicialmente, no reconocer el tratado firmado por Iglesias con los chilenos.
Dado que ejércitos peruanos se oponían a una paz que consideraban deshonrosa, y a pesar del tratado de paz firmado, el ejercito chileno decide ocupar Arequipa en octubre de 1883 como forma de consolidar al gobierno de Iglesias y ratificar el Tratado de Ancón. Ante esto, y para evitar enfrentamientos entre peruanos en dicha ciudad dado que había partidarios por pelear y algunos otros por no hacerlo, Montero abandona el lugar y decide disolver el ejercito a su mando, entregándole la dirección total a Cáceres a través de una carta.
Mientras tanto, Cáceres, que se movía entre Huancayo y Ayacucho reorganizando al ejercito del Centro, recibía misivas y emisarios de Iglesias conminándolo a reconocer a su gobierno y así evitar, a su entender, más sangre derramada de peruanos y peruanas, aunque había ejércitos chilenos cerca a él en Jauja y Tarma.
Ante esta situación, y dado que varios departamentos del Perú se mantenían leales a Cáceres, la Dirección General de Correos de Lima ordena, el 12 de abril de 1884, resellar las estampillas para que sean consideradas legítimas y diferenciarlas de las que usaban los leales a Cáceres.
Aparecen así las “departamentales” emitidas y usadas durante la guerra civil que estaba a punto de estallar. Si bien la orden inicial era resellar las estampillas de cinco centavos, finalmente se resellaron distintos valores en varios departamentos.
En Ica, que se mantenía leal a Iglesias, el administrador de correo decide resellar las estampillas que mantenía en el almacén con un antiguo cuño que databa de la época pre filatélica consistente en un ovalo que encierra el nombre “YCA” y que es clasificado como Lamy N° 7.
Dicha marca se uso en colores negro, violeta y grosella. Dicha marca se aplicó sobre estampillas de escudos emitidas entre 1877 y 1884.
Al mes siguiente, y siguiendo la misma orden de abril, en Ica se resellan más estampillas, pero esta vez usando otra antigua marca consistente en la palabra “YCA” en la parte superior y en al inferior “VAPOR” en curva rodeada de una línea y dos florones, una a cada lado (Lamy N° 68). Dicha marca fue aplicada solo en color negro.
Mientas tanto, en junio de ese año, Cáceres decide reconocer el Tratado de Ancón pero no al gobierno de Iglesias ya que sigue alegando ha sido impuesto por los fusiles chilenos. El 16 de julio, Cáceres lanza una proclama y es reconocido como presidente provisional por varios departamentos del país.
A Cañete, lugar en donde habían existido guerrillas que luchaban contra Chile en paralelo a la campaña de la Breña de Cáceres, y con quien mantuvieron estrecha relación, es enviado el coronel Manuel Armando Zamudio, leal a Cáceres y quien había peleado junto a él en la batalla de San Juan, Huamachuco y otras más.
En Lunahuana dicho coronel manda a confeccionar un sello para su correspondencia y ordenes oficiales, el cual era redondo y con una “J” al centro que significaba “jefatura”.
Antes de que acabe el mes, sus soldados ocupan Ica y, haciendo uso del sello con la “J”, se manda a resellar las estampillas de dicha administración, tanto las ya reselladas con las marcas antes comentadas, como aquellas que aún no tenían algún resello. Para tal fin se usa tinta de color rojo carmín.
Cáceres ataca Lima el 27 de agosto 1884 pero es derrotado por las tropas leales a Iglesias; con los sobrevivientes toma rumbo a Lurín y luego a Cañete en donde se les unen tropas de Zamudio. Con algunos de esos hombres enrumba a Pisco, con la idea de marchar a Ica en donde más tropas lo esperaban.
Cáceres llega a Pisco el 30 de agosto y al día siguiente desembarcan tropas de Iglesias transportadas en buque para capturarlo. Para evitar que los civiles de dicho puerto se viesen afectados por un enfrentamiento, Cáceres cambia de planes y toma rumbo a Ayacucho dejando la ciudad libre a las tropas desembarcadas.
Casi en paralelo las tropas del coronel Juan Martín Echenique, leal a Iglesias, ocupan Ica que había sido desocupada por las tropas de Zamudio, quien fue a reunirse con Cáceres.
Con la reocupación de Ica se dejan de usar las estampillas reselladas con la “J”, asimismo no vuelve a usarse algún otro tipo de resello en dicha ciudad e incluso comienza a usarse estampillas sin ningún resello, llegando así a su fin las “departamentales” de Ica.
Abraham Valencia Jiménez
Círculo Amigos de la Filatelia – CAF
Lima, Perú
Fuentes:
- Internet (diversas web)
- Catálogo Especializado de las Estampillas del Perú – Bustamante – 1981
- La Guerra del 79, sus campañas (Memorias) – Andrés A. Cáceres
- Historia Postal y Filatélica del Perú (1874 – 1900) – Herbert H. Moll